Se denomina dieta milagro al deseo de querer obtener resultados sin hacer apenas esfuerzo físico ni alimenticio, pero por desgracia y como todos sabemos, eso es imposible, a la par que peligroso.
Sea cual sea nuestro objetivo a la hora de empezar con una dieta, debemos saber que nos llevará un esfuerzo y que hay que ser constantes. Es importante saber que los resultados se ven a largo plazo y no de un día para otro. Con lo cual las dietas milagro no existen, y es que las maravillas no forman parte de la realidad y por lo tanto son altamente imposibles de conseguir.
Para conseguir resultados óptimos una de las cosas que podemos hacer es eliminar el estrés, y minimizar la magnitud de las responsabilidades y preocupaciones diarias. Estos aspectos ligados a la mala alimentación, horarios inadecuados o malos hábitos harán que los resultados tarden más en verse. Es por eso que debe ser un conjunto de hechos que vayan relacionados.
Teniendo claro que los milagros no existen, hay algunas dietas que podemos seguir para ver cambios en nuestro cuerpo y en nuestra salud.
Seguir una buena alimentación hará que nos sintamos mejor con nosotros mismos, conseguiremos prevenir enfermedades y mejorar el aspecto físico entre muchas otras ventajas.
Las dietas milagro no existen
Para seguir esa “dieta milagro” debemos seguir una dieta equilibrada que debe ser variada y debe contener todos los alimentos básicos. El primer paso que debemos dar es: comer de todo. Des de cereales, hasta huevos y pasando por la carne. Si integramos todos los alimentos a nuestra alimentación, conseguiremos tener una dieta variada y con lo cual saludable.
Si eres de aquellos que además quiere incidir en algún aspecto concreto con objetivos exactos como por ejemplo aumentar de peso, adelgazar o ganar masa muscular. En estos casos particulares deberías llevar una dieta estricta, guiada por un dietista entendido en el tema y que pueda aconsejarte de primera mano según tus necesidades.
Cada persona es un mundo, y cada cuerpo también, por eso no debemos fijarnos en la dieta que haga nuestro compañero, tío o primo, ya que lo que a esa persona le funcione no tiene por qué funcionarte a ti, de hecho, lo más probable es que no te funcione y además, probablemente tengáis objetivos distintos.
Es importante ser responsables con la alimentación y no tomar decisiones a la ligera sobre aquello que ingerimos, ya que puede traer consecuencias graves, además es importante no obsesionarse con el objetivo al que queremos llegar, como ya hemos dicho las “dietas milagro” no existen, es por ello que los resultados se irán viendo poco a poco, solo en caso de ser constante. De no serlo, será mucho más difícil ver resultados.