Tatuajes en los ojos, una moda muy peligrosa

Bienvenidos otro día más al blog de Buena hora, en el post de hoy queremos hablar de una nueva moda en el mundo de los tatuajes, se trata de los tatuajes en el globo ocular, más conocidos como tatuaje escleral o eyeball tattoo. En este tipo de tatuaje se tatúa la parte blanca del ojo con cualquier color.

Historia

El tatuaje escleral se ha practicado por casi 2000 años, antiguamente, concretamente en el año 150 D.C., en la era cristiana, Galeno describió el tatuaje corneal. Siglos más tarde, Aecio de  Amida describió el mismo tatuaje para encubrir algunos problemas de opacidad en los ojos.

Pero, a finales del S.XIX se empezó a tatuar con el objetivo de disimular las cicatrices. Más tarde, Luna Cobra fue el pionero que tatuó por primera vez con fines estéticos a Shannon Larrat en 2007. Desde entonces, Luna Cobra ha seguido investigando y desarrollando la técnica del eyeball tattoo.

¿Cómo se tatúa?

Para efectuar esta intervención es fundamental ser un profesional con experiencia, muy pocos especialistas y tatuadores realizan estos tatuajes debido a la dificultad y a la complejidad de la intervención. No solo son pocos los especialistas, sino que también son pocas personas las que desean someterse al tatuaje escleral.

Para ejecutar la intervención es necesario utilizar una jeringa especial, con esta jeringa se inyecta la tinta mezclada con antibiótico, la tinta puede ser de cualquier tonalidad, entre las capas conjuntivas y esclerótica, estas capas son las que protegen al ojo. El especialista inyecta la tinta a través de un solo agujero del globo ocular, por eso solo puede ser un solo color. Después, la tinta se esparce por el ojo.

Consecuencias

El tatuaje escleral es una intervención muy peligrosa, pueden ocurrir muchos efectos negativos en la visión si la intervención no se hace bien. El ojo es una parte del cuerpo delicada, por eso puede suceder que el globo ocular rechace la tinta. Las complicaciones que podría provocar el rechazo de tinta en el ojo son las infecciones y los daños parciales o permanentes en los ojos. Además, si la tinta no es inyectada por un profesional, la persona tatuada podría perder la visión temporal o permanente, podría tener hemorragias subconjuntivales y el ojo podría dejar de producir la lubricación necesaria para estar saludable. Por último, el riesgo de transmisión de enfermedades aumenta, pueden producirse irritaciones, inflamaciones, y en casos muy graves hasta la pérdida del ojo.